jueves, 13 de enero de 2011

Los nuevos rostros de la extrema derecha europea

 
BRUSELAS — Del sueco Jimmie Aakesson a la francesa Marine Le Pen, la ultraderecha europea se presenta con nuevos rostros para tomar distancias de su pasado y aprovechar los brotes nacionalistas o el rechazo del islam en varios países, en una estrategia que ya le dio buenos resultados electorales.
Marine Le Pen, de 42 años de edad, favorita para suceder esta semana a su padre, Jean-Marie Le Pen, como presidente del Frente Nacional, encarna junto con el sueco Jimmie Aekesson (31 años), el húngaro Gabor Vona (32) o el holandés Geert Wilders (47), a esos nuevos rostros de la extrema derecha europea.
"Estamos asistiendo a una tentativa de tomar distanciarse de las viejas retóricas de estilo fascista y de alejarse del antisemitismo y del racismo", estima Matthew Goodwin, del centro de reflexión británico Chatham House.
Con ello, "esta nueva extrema derecha desarrollar un discurso basado en la identidad de carácter étnico para ponerse en armonía con los problemas de sociedad actuales", considera Magali Balent, investigadora de la Fundación Robert Schuman.
Aunque escandalizó al hacer un paralelo entre la ocupación nazi en Francia y los "rezos en la calle" de los musulmanes, Marine Le Pen "prefiere desmarcarse de las tesis del pasado como la nostalgia del Tercer Reich" para desarrollar la oposición a la Unión Europa y una retórica basada en la identidad, señala Balent.
La misma estrategia que adopta el FPO austríaco, cuyo líder Heinz-Christian Strache, de 41 años de edad, hace campaña con ritmos de rap contra el poder de Bruselas y con lemas como "no alminares, sino campanarios".
"Hoy, somos diferentes y los electores de dan cuenta", afirma Jimmie Aakesson, cuyo movimiento de los Demócratas de Suecia, que desfilaban antes con uniformes neonazis, entraron en septiembre en el Parlamento sueco.
La extrema derecha tiene también escaños en los Parlamentos nacionales de Dinamarca, Eslovaquia, Letonia, Hungría y Bulgaria.
En Italia, el partido populista y antiinmigrantes Liga del Norte participa en el gobierno de Silvio Berlusconi.
En Holanda, el PVV de Geert Wilders quedó en tercer lugar en las últimas elecciones legislativas, con 24 de los 150 escaños de l Cámara Baja. Ineludible, el PVV apoya al gobierno minoritario de centro-derecha del liberal Mark Ruth.
Otro partido populista ineludible es el suizo Unión Democrática de Centro (UDC, 29% de los votos en las elecciones de 2007), cuya influencia se reforzó al ganar dos controvertidos referendos de iniciativa popular: en 2009, la prohibición de construir alminares en Suiza, y en 2010 la expulsión automática de los delincuentes extranjeros.
En las elecciones europeas de junio de 2009, la extrema derecha obtuvo porcentajes de dos cifras en siete países (Holanda, Bélgica, Dinamarca, Hungría, Austria, Bulgaria e Italia) y entre 5 y 10% en otros seis (Finlandia, Rumania, Grecia, Francia, Gran Bretaña y Eslovaquia).
En opinión de Magali Balent, ese avance no es sólo un fenómeno coyuntural de crisis económica. "Se trata de un movimiento de reacción al proceso de apertura de las fronteras a escala internacional, que debilita las soberanías y las identidades nacionales", afirma.
Para contenerlo, los partidos tradicionales no deben vacilar a abordar las cuestiones que monopoliza la extrema derecha y darles respuestas, agrega la experta, citando el ejemplo de la incertidumbre sobre la candidatura de Turquía a la UE, que "ensancha el camino a la extrema derecha".

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